Microsoft ha revelado una nueva tecnología de inteligencia artificial que promete transformar la creación de videojuegos.
La novedad se llama Muse y puede generar escenas de juegos que, normalmente, serían creadas por programadores y animadores humanos.
Para desarrollar este modelo, Microsoft utilizó datos recopilados de jugadores de Xbox, lo que permitió a la IA aprender a crear interacciones y escenas de juegos de manera autónoma.
Este proyecto fue posible gracias a un trabajo colaborativo con desarrolladores de juegos. El equipo de Microsoft recopiló siete años de datos de partidas del juego Bleeding Edge, de 2020, creado por Ninja Theory.
Con esta información, el modelo Muse fue entrenado para entender y generar imágenes y secuencias de juego de manera muy realista. Lo que llama la atención es que, al ver las escenas creadas por la IA, a menudo es difícil percibir si son de un juego real o si fueron hechas por un ordenador.
Esta innovación llega en un momento importante para la industria de los videojuegos, que enfrenta desafíos financieros. Los costos para crear juegos de gran éxito han aumentado vertiginosamente, mientras que el crecimiento en ventas ha disminuido.
La IA puede ser una solución para reducir estos costos, pero también ha generado controversias. Algunos jugadores y desarrolladores temen que la tecnología pueda afectar la calidad de los juegos y reducir aún más los puestos de trabajo en la industria, que ya está sufriendo despidos.
Muse funciona de manera sencilla: al ser alimentado con una escena de juego creada por un humano, el modelo es capaz de generar una secuencia de imágenes, creando algo que se encaja perfectamente en el mundo del juego.
Microsoft liberará un prototipo para que otros investigadores puedan probar y mejorar la tecnología, lo que puede abrir camino a nuevas formas de desarrollar videojuegos en el futuro.