Antes incluso de la existencia de internet tal como la conocemos, y mucho antes del nacimiento de Google, un experimento casi olvidado marcó la primera vez que alguien realizó una búsqueda entre computadoras a larga distancia.
La innovación tecnológica ocurrió en 1963, en los Estados Unidos, seis años antes de la creación de la Arpanet (la precursora de la internet moderna) y décadas antes de que Google transformara la manera en que buscamos información.
Los protagonistas de este logro fueron Charles Bourne, ingeniero de investigación, y Leonard Chaitin, programador.
Juntos, crearon un sistema pionero de búsqueda en línea con financiamiento de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, durante un proyecto realizado en el Instituto de Investigación de Stanford, en California.
El objetivo era simple, pero ambicioso para la época: hacer más rápida la búsqueda de documentos técnicos sobre la tecnología soviética, una necesidad estratégica en plena Guerra Fría.
En la práctica, el sistema funcionaba de manera similar a lo que hacemos hoy: el usuario digitaba una palabra y la computadora devolvía los documentos relacionados. Pero todo era mucho más limitado.
La base de datos contaba con solo siete documentos, digitados manualmente en cintas de papel perforado y luego convertidos a cinta magnética.
Para realizar la prueba, los datos fueron insertados en una computadora militar ubicada a 560 km de distancia, y la consulta se hizo por una línea telefónica, desde un terminal con una pantalla de solo 32 caracteres.
A pesar de funcionar perfectamente, el proyecto fue cerrado poco después. En esa época, la idea de hacer búsquedas en computadoras aún parecía demasiado lejana de la realidad.
El propio Charles Bourne solo redescubrió la importancia de este experimento décadas después. Aun así, esta búsqueda pionera de 1963 entró en la historia como el embrión de lo que se convertiría, años después, en el concepto de «buscar en internet».
Una curiosidad que muestra cómo grandes revoluciones tecnológicas, a veces, comienzan discretamente y son reconocidas solo mucho tiempo después.