✨ Puntos destacados:
- Cada pregunta a Gemini consume en promedio 0,24 Wh de energía, el equivalente a ver la televisión durante menos de 9 segundos.
- El impacto ambiental por consulta es menor de lo que sugerían muchas estimativas públicas.
- Google es la primera gran empresa tecnológica en divulgar datos detallados sobre energía, agua y emisiones del uso de IA.
La inteligencia artificial está creciendo a un ritmo acelerado y, con ella, también aumenta la preocupación sobre cuánta energía y recursos naturales consume esta tecnología.
Por primera vez, Google ha publicado cifras oficiales sobre el impacto ambiental de su chatbot Gemini, aportando mayor claridad a un debate que, hasta ahora, estaba lleno de estimaciones y especulaciones.
Según la empresa, cada pregunta realizada a Gemini consume en promedio 0,24 vatios-hora de energía, emite 0,03 gramos de dióxido de carbono equivalente y utiliza 0,26 mililitros de agua.
Para el usuario común, esto significa que una consulta a Gemini gasta menos energía que ver unos segundos de televisión.
¿Por qué importan estos números?
Hasta ahora, ninguna gran empresa había publicado datos tan detallados sobre el consumo de energía y agua de sus sistemas de inteligencia artificial.
Google afirma que sus cálculos son más completos que muchas estimaciones públicas, ya que incluyen no solo el gasto directo de los chips que procesan las respuestas, sino también el consumo de máquinas en espera, sistemas de enfriamiento y otros elementos que mantienen los centros de datos en funcionamiento.
Esto significa que, aunque los números puedan parecer pequeños por pregunta, el impacto puede crecer rápidamente si se considera que Gemini tiene cientos de millones de usuarios activos al mes.
¿Qué está haciendo Google para reducir el impacto?
La empresa asegura que está invirtiendo en técnicas para hacer que sus modelos sean más eficientes.
Entre ellas se encuentran métodos que permiten que modelos más pequeños realicen parte del trabajo antes de transferir la tarea a modelos más grandes, ahorrando energía.
Además, Google afirma que está ampliando el uso de energía limpia en sus centros de datos y buscando reponer el agua utilizada en los procesos de enfriamiento.
Sin embargo, el propio informe de sostenibilidad de la compañía muestra que el consumo total de energía de Google se ha más que duplicado en los últimos cuatro años, lo que indica que la eficiencia por consulta no elimina el desafío del crecimiento acelerado de la demanda.
¿Qué esperar de ahora en adelante?
La divulgación de estos datos podría presionar a otras empresas de inteligencia artificial a hacer lo mismo, estableciendo un estándar de transparencia en el sector.
Para los expertos, cuanta más información tenga el público, más se podrá exigir soluciones sostenibles y comparar el impacto ambiental entre diferentes servicios de IA.
Aunque Google demuestra que una sola pregunta a Gemini no consume mucha energía, el uso a gran escala sigue siendo un punto de atención.
El futuro de la inteligencia artificial dependerá no solo de la innovación tecnológica, sino también de la capacidad de equilibrar el crecimiento con la responsabilidad ambiental.