🧠 Puntos clave:
- Sam Altman, CEO de OpenAI, admite que estamos viviendo una «burbuja de la IA», pero cree que la tecnología es la mayor revolución en décadas.
- La popularidad de ChatGPT ya sitúa a OpenAI entre los gigantes de internet, aunque la empresa enfrenta limitaciones de infraestructura.
- Altman reveló su interés en adquirir el navegador Chrome si Google es obligado a venderlo, un movimiento que podría cambiar el equilibrio de poder en la web.
La dualidad de la IA: entusiasmo y cautela En una conversación con periodistas la semana pasada, Sam Altman, CEO de OpenAI, dejó claro que, para él, no hay dudas: estamos en una burbuja de inteligencia artificial.
El entusiasmo de los inversores y los gastos millonarios en infraestructura han creado un escenario de euforia que podría no ser sostenible a largo plazo.
Sin embargo, Altman no minimiza la importancia de la IA. Al contrario, la describe como el evento más transformador en mucho tiempo.
Esta dualidad entre entusiasmo y precaución refleja cómo incluso los líderes del sector ven riesgos en el ritmo acelerado de la innovación.
El peso de ChatGPT y los límites de la infraestructura
ChatGPT ya ha alcanzado la impresionante cifra de 700 millones de usuarios semanales, convirtiéndose en el quinto sitio web más visitado del mundo.
Altman predice que pronto superará a Facebook e Instagram, quedando solo por detrás de Google y YouTube.
Pero este éxito tiene un costo: los servidores de OpenAI están al límite. El CEO admitió que la empresa ya tiene modelos más avanzados listos, pero no puede lanzarlos por falta de capacidad de procesamiento.
La solución pasa por inversiones colosales: Altman estima que OpenAI necesitará gastar un billón de dólares en centros de datos en un futuro no muy lejano.
El interés en Chrome: una jugada estratégica
Entre las revelaciones más sorprendentes, Altman dejó entrever un deseo audaz: adquirir el navegador Chrome si Google se ve obligado a venderlo por razones regulatorias.
Esta posibilidad, aunque remota, tendría un impacto gigante. Chrome es actualmente la principal puerta de entrada a internet, con más del 60% de participación en el mercado global de navegadores.
Si OpenAI asumiera este espacio, podría integrar sus tecnologías de IA directamente en la experiencia de navegación, transformando la forma en que miles de millones de personas interactúan con la web.
Más que un navegador, Chrome sería para OpenAI una plataforma estratégica para consolidar su presencia en el día a día digital, compitiendo directamente con Google, Meta y Microsoft.