Hace 18 años, en 2005, Google adquirió el sistema operativo Android por una cantidad que en ese momento parecía audaz: 50 millones de dólares. Este fue el punto de partida de un viaje lleno de desafíos, risas y, finalmente, una victoria fenomenal.
Cuando Google adquirió Android en 2005, el sistema operativo estaba lejos de ser la potencia global que es hoy en día. El principal cerebro detrás de Android era Andy Rubin, un emprendedor con una visión audaz para el futuro de la tecnología móvil.
Rubin ya había fundado Danger, una empresa pionera en dispositivos móviles, antes de aventurarse en el mundo de Android. Su visión era simple pero audaz: crear un sistema operativo de código abierto que permitiera a los fabricantes de dispositivos móviles y a los desarrolladores de aplicaciones innovar sin barreras.
Los primeros años no fueron fáciles para Andy Rubin y su equipo. Se enfrentaron a innumerables obstáculos, desde la falta de interés inicial de los fabricantes de dispositivos hasta la feroz competencia de gigantes de la tecnología como Apple. Sin embargo, la determinación de Rubin y su equipo los impulsó a superar estos desafíos.
Una de las historias más curiosas de esa época involucró un intento de vender Android a Samsung. En ese momento, Samsung no estaba convencida de que Android tuviera potencial y rechazó la oportunidad de adquirirlo.
Sin embargo, la suerte de Android estaba a punto de cambiar drásticamente. En 2005, Google, bajo el liderazgo de Larry Page y Sergey Brin, reconoció el potencial de Android y decidió adquirirlo.
Pagaron 50 millones de dólares por el sistema operativo, una cantidad que hoy parece insignificante, dada la dominación de Android en el mercado global de teléfonos inteligentes.
La compra de Android por parte de Google no solo brindó a Andy Rubin y su equipo los recursos necesarios para seguir desarrollando el sistema operativo, sino que también permitió que Google se sumergiera de lleno en el mercado de dispositivos móviles.
Android se convirtió en el sistema operativo más popular del mundo, alimentando miles de millones de dispositivos en todo el planeta.