En los años 90, antes de la era de las redes sociales, MSN Messenger reinó como uno de los servicios de mensajería instantánea más populares.
Conectando amigos y familiares, Messenger moldeó la adolescencia de una generación, con sus emoticonos animados, tonos molestos y la emoción de esperar una respuesta de la persona amada.
Microsoft luchó contra competidores como ICQ, Yahoo y AOL Instant Messenger (AIM), recurriendo a una táctica controvertida: acceder a AIM mediante un código. Esta maniobra fue recibida con indignación por parte de AOL, lo que llevó a una guerra de gato y ratón que definió los primeros días de Messenger.
A pesar de los desafíos, Messenger evolucionó hacia una plataforma adictiva, incorporando características como mensajes de voz, transferencia de archivos e incluso chat por webcam. Su éxito alcanzó su punto máximo en 2003, con más de 110 millones de usuarios mensuales.
Sin embargo, los problemas técnicos y los crecientes problemas de seguridad comenzaron a empañar la reputación de Messenger.
A mediados de los años 2000, Microsoft buscó una nueva identidad para Messenger, renombrándolo como Windows Live Messenger. Aunque el cambio introdujo nuevas características, los usuarios resistieron los cambios y los persistentes problemas de software.
El declive de Messenger fue acelerado por el surgimiento de las redes sociales, que ofrecían características similares y una experiencia más atractiva.
En 2013, Microsoft anunció que Messenger sería descontinuado a favor de Skype. El servicio que había conectado a una generación finalizó sus actividades en 2014, dejando un legado de innovación, nostalgia y un recordatorio de los cambios constantes en el panorama tecnológico.