Después de ganar un proceso antimonopolio contra Google el año pasado, finalmente podemos entender lo que Epic Games realmente busca.
La empresa, responsable del famoso Fortnite, quiere una Google Play Store abierta y justa para todos los desarrolladores y usuarios.
La idea central es que la experiencia de descargar aplicaciones y hacer pagos sea la misma en cualquier lugar: en la Google Play Store, en tiendas de aplicaciones alternativas o a través de sideloading (instalación fuera de la tienda oficial).
Para esto, Epic pide la eliminación de avisos que alertan sobre los riesgos de descargar aplicaciones de fuentes desconocidas y el fin de acuerdos que benefician a la Play Store en detrimento de otras opciones.
La empresa también defiende un mercado abierto para compras dentro de las aplicaciones, donde los desarrolladores puedan elegir libremente dónde recibir sus pagos, sin la interferencia de Google.
En resumen, Epic lucha por una Play Store sin favoritismos. Aplicaciones exclusivas, integraciones privilegiadas con APIs de Android y la obligación de usar la Play Store para conectar a otros productos de Google ya no tendrán lugar.
La empresa también busca garantizar que Google no tome represalias contra los desarrolladores que opten por alternativas a la Play Store.
Creo que esta lucha de Epic es crucial para el futuro de la industria de juegos móviles. Una Play Store abierta y justa beneficiaría no solo a los desarrolladores, sino también a los usuarios, que tendrían más opciones y precios más competitivos.