La semana pasada, Google presentó su defensa en un tribunal, argumentando que su ecosistema cerrado de anuncios no es una práctica anticompetitiva, sino una estrategia para proteger a los usuarios.
Mientras el gobierno acusa a la empresa de monopolizar el mercado de la tecnología publicitaria para aumentar sus ganancias, la gigante tecnológica destacó que sus acciones están orientadas a garantizar la seguridad de los anuncios y evitar fraudes, similar al argumento ya utilizado por empresas como Apple para defender sus tiendas de aplicaciones.
Los abogados de Google rechazaron las acusaciones del Departamento de Justicia, alegando que prácticas como la restricción del acceso de competidores a sus plataformas publicitarias tienen justificaciones comerciales legítimas.
Per Bjorke, director de gestión de productos del área de tráfico de anuncios, y Alejandro Borgia, director de gestión de seguridad publicitaria, explicaron cómo la empresa combate el fraude y garantiza que los anuncios se muestren a personas reales, y no a bots, lo que refuerza la necesidad de un ecosistema más controlado.
Bjorke detalló cómo Google enfrenta fraudes diarios por parte de editores y cómo la verificación rigurosa de los candidatos para usar sus plataformas es esencial para la integridad del sistema.
La empresa también destacó sus esfuerzos para proteger a toda la industria publicitaria, recordando el caso del esquema fraudulento 3ve, que llevó a Google a cooperar con otras empresas para crear soluciones como ads.txt.