En un evento realizado en la Casa Blanca, el presidente electo Donald Trump, junto a líderes de la tecnología como Sam Altman (CEO de OpenAI), Masayoshi Son (CEO de SoftBank) y Larry Ellison (presidente de Oracle), presentó el Stargate: un proyecto multimillonario que promete impulsar el desarrollo de la infraestructura de inteligencia artificial (IA).
El plan inicial contempla una inversión de US$ 100 mil millones en la construcción de centros de datos y tecnologías de soporte para IA, con el objetivo de alcanzar hasta US$ 500 mil millones en los próximos años.
Además de posicionar a EE.UU. a la vanguardia de la tecnología, el proyecto promete generar 100 mil empleos en territorio estadounidense. El primer paso ya se está dando en Texas, donde se está construyendo un gigantesco centro de datos con 1 millón de pies cuadrados de extensión.
Pero, ¿por qué esto es importante? La inteligencia artificial requiere una infraestructura gigantesca para funcionar, incluyendo chips potentes, energía eléctrica y grandes volúmenes de datos.
Hasta ahora, especialistas como Altman han advertido que, sin inversiones de esta magnitud, EE.UU. podría perder su liderazgo frente a países como China, que también está avanzando rápidamente en la carrera por la supremacía tecnológica.
El proyecto Stargate, además de buscar mantener a EE.UU. a la cabeza, tiene como objetivo democratizar el acceso a la tecnología, generando beneficios económicos para la población y fortaleciendo la seguridad nacional.
Aunque el proyecto es ambicioso, resulta inevitable recordar promesas pasadas, como la fábrica de Foxconn en Wisconsin, que no alcanzaron los resultados esperados.
Sin embargo, esta vez, los socios del proyecto Stargate confían en tener una estrategia sólida para transformar el sector de inteligencia artificial en una de las mayores fuerzas económicas del país.