YouTube está ampliando el uso de la inteligencia artificial (IA) para ofrecer nuevas herramientas tanto para creadores de contenido como para los propios usuarios de la plataforma.
En su carta anual, el CEO de YouTube, Neal Mohan, destacó que la IA será uno de los cuatro principales enfoques de la empresa en 2025, con novedades que van desde el doblaje automático de vídeos hasta un sistema para identificar la edad de los espectadores y personalizar recomendaciones.
Una de las grandes novedades es la expansión de la herramienta de doblaje automático con IA, que estará disponible para todos los creadores del Programa de Socios de YouTube aún este mes.
Con este recurso, será posible traducir vídeos a diferentes idiomas de forma más rápida y accesible, permitiendo que más personas alrededor del mundo tengan acceso al contenido sin barreras lingüísticas.
Además, la plataforma está desarrollando un sistema que utiliza aprendizaje automático para estimar la edad de los usuarios, asegurando que reciban recomendaciones adecuadas.
La creciente adopción de la IA en YouTube ha generado debates. Algunos expertos temen que la automatización excesiva pueda comprometer la calidad de los contenidos, con vídeos generados por IA de forma masiva.
Por otro lado, la empresa cree que estas herramientas ayudarán a los creadores, haciendo que la producción de vídeos sea más accesible y ayudando a alcanzar nuevas audiencias.
Para evitar abusos, YouTube anunció que está invirtiendo en mecanismos para identificar y gestionar contenidos generados por IA, incluyendo la ampliación de un programa piloto con la Creative Artists Agency (CAA), que ayudará a los creadores a proteger sus imágenes y voces contra el uso indebido.
Además de las novedades en IA, YouTube tiene otras prioridades para 2025, incluyendo reforzar su posición como la principal plataforma de cultura digital (disputando espacio con TikTok), valorizar a sus creadores como los «nuevos astros de Hollywood» y consolidar a YouTube como una opción fuerte para ver vídeos en la TV, un hábito que ya ha superado el consumo por el móvil en los Estados Unidos.