Una idea, cuando menos curiosa, se está debatiendo en Estados Unidos: pagar a los usuarios para que dejen de usar Google, aunque sea temporalmente.
El objetivo detrás de la propuesta es simple: entender cuánto del dominio de Google en las búsquedas en línea es resultado de una preferencia consciente — o simplemente un hábito consolidado.
La iniciativa surgió a partir de un experimento realizado por investigadores de universidades como Stanford, MIT y la Universidad de Pensilvania.
Ellos pagaron a cerca de 2.500 personas para que usaran Bing, el buscador de Microsoft, en lugar de Google durante dos semanas.
Después de finalizado este período, los participantes pudieron elegir qué servicio continuar utilizando.
El resultado llamó la atención: aunque la mayoría volvió a usar Google, cerca del 22% optó por continuar con Bing, incluso sin pago.
Esto planteó una hipótesis interesante: ¿estamos tan acostumbrados a Google que ni siquiera damos una oportunidad a otras opciones? Los investigadores creen que sí.
La experiencia terminó inspirando a las autoridades de EE.UU. a proponer, en el contexto de procesos antimonopolio contra Google, medidas para fomentar la competencia.
Entre ellas, se encuentra la creación de campañas informativas sobre alternativas de búsqueda — e incluso el pago temporal para quienes estén dispuestos a probar otros buscadores.
Aunque Google afirma que su dominio se debe a la calidad de sus productos y a la preferencia natural de los usuarios, los organismos reguladores quieren entender hasta qué punto este escenario no ha sido moldeado por prácticas consideradas abusivas.
Por ahora, todo sigue en discusión. Pero queda la invitación: ¿qué tal probar otro buscador por unos días? Quizás descubras algo nuevo al salir un poco de la zona de confort digital.