China anunció una investigación antimonopolio contra Google, lo que genera sospechas de que la medida forma parte de la escalada de tensiones comerciales entre Pekín y Washington.
Además de la investigación, el gobierno chino también impuso aranceles a productos estadounidenses como el carbón, el gas natural licuado y el petróleo crudo.
Otras dos empresas estadounidenses fueron añadidas a una lista de entidades no confiables, lo que podría impedir sus inversiones en el país.
La relación entre Google y China ha sido conflictiva. En 2006, la empresa lanzó google.cn, un motor de búsqueda adaptado a los requisitos del gobierno chino, incluyendo la censura de ciertos contenidos.
Sin embargo, en 2010, tras sufrir ataques cibernéticos y un creciente desacuerdo con las restricciones impuestas, Google decidió cerrar su motor de búsqueda en China continental y redirigir a los usuarios a su versión en Hong Kong.
Desde entonces, sus servicios, incluyendo la Búsqueda, Gmail y Chrome, han sido completamente bloqueados en el país por el estricto sistema de censura conocido como el «Gran Cortafuegos».
A pesar de no ofrecer servicios directamente a los usuarios chinos, Google aún mantiene oficinas en China, centradas principalmente en ventas y soporte para soluciones empresariales como Google Cloud.
No obstante, la nueva investigación genera dudas sobre los verdaderos objetivos del gobierno chino. Las autoridades no han revelado detalles sobre las acusaciones, pero la apertura de la investigación se produjo pocos minutos después de la entrada en vigor de nuevos aranceles estadounidenses, lo que sugiere que la medida podría ser una respuesta directa a las sanciones impuestas por Estados Unidos.
Expertos creen que la investigación podría estar relacionada con el dominio de Google sobre el sistema operativo Android, utilizado por prácticamente todos los fabricantes de teléfonos inteligentes, excepto Apple y la china Huawei.
Google ya ha enfrentado procesos similares en varios países, incluyendo la Unión Europea, Corea del Sur, Rusia e India, por presuntas prácticas anticompetitivas.
Mientras tanto, Huawei sigue fortaleciendo su propio sistema operativo, HarmonyOS, desarrollado tras las sanciones estadounidenses de 2019.