Imagina una computadora tan poderosa que puede realizar en minutos cálculos que los mejores supercomputadores del mundo tardarían miles de millones de años en completar. Pues eso es exactamente lo que China ha demostrado con su nuevo procesador cuántico, el Zuchongzhi 3.0.
Desarrollado por investigadores de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China (USTC), este chip es un hito impresionante en la carrera por la supremacía cuántica — el punto en el que las computadoras cuánticas superan a las tradicionales en tareas específicas.
El Zuchongzhi 3.0 es un procesador superconductor con 105 qubits, las unidades básicas de la computación cuántica. Para tener una idea, es 1 cuatrillón de veces más rápido que los supercomputadores actuales, como el Frontier, el segundo más potente del mundo.
En una prueba llamada «muestreo de circuito cuántico», el chip chino completó la tarea en solo unos cientos de segundos. El mismo cálculo llevaría 5,9 mil millones de años para ser realizado por un supercomputador clásico.
Pero, ¿qué hace que este chip sea tan especial? Además del impresionante número de qubits, el Zuchongzhi 3.0 utiliza materiales como tantalio, niobio y aluminio, que reducen la sensibilidad al ruido — uno de los grandes desafíos de la computación cuántica.
Otro avance importante es el tiempo de coherencia, que es el período en el que los qubits pueden mantener su capacidad de realizar cálculos paralelos. Cuanto mayor sea este tiempo, más complejas son las operaciones que se pueden ejecutar.
Además, el chip ha alcanzado una precisión impresionante: 99,90% para operaciones con un qubit y 99,62% para operaciones con dos qubits.

A pesar de todos estos avances, es importante recordar que la supremacía cuántica sigue siendo un campo en disputa. Aunque el Zuchongzhi 3.0 haya superado al procesador cuántico de Google, el Willow QPU, en algunos aspectos, la computación clásica también está evolucionando.
Las mejoras en los algoritmos tradicionales pueden reducir la ventaja cuántica en el futuro. Sin embargo, este es un paso gigantesco para la tecnología cuántica, abriendo puertas para resolver problemas complejos que hoy son imposibles, como simulaciones moleculares para medicamentos o optimizaciones a gran escala.