En los últimos meses, el navegador Firefox ha registrado un crecimiento significativo en la Unión Europea, impulsado por el Digital Markets Act (DMA), una legislación que tiene como objetivo crear un entorno más justo en el sector tecnológico.
Desde la introducción de las pantallas de selección de navegador en los dispositivos, el número de usuarios activos diarios de Firefox en iOS ha crecido un 99% en Alemania y un 111% en Francia, demostrando que, cuando las personas pueden elegir libremente, muchas optan por alternativas a Chrome y Safari.
El DMA, que entró en vigor en marzo de 2024, exige que los gigantes tecnológicos como Apple, Google y Microsoft ofrezcan a los usuarios la opción de seleccionar su navegador preferido desde la configuración inicial del dispositivo.
Hasta entonces, Chrome venía por defecto en los teléfonos Android y Safari en los iPhones, lo que hacía que la mayoría de los usuarios continuaran con estas opciones por falta de alternativas visibles. La nueva norma pretende precisamente evitar este tipo de monopolio digital y fomentar la competencia.
Aunque el cambio ha sido un avance, su implementación no siempre ha sido perfecta. Google aplicó la pantalla de selección en Android de forma inconsistente, mientras que Apple lanzó una versión inicial en iOS 17.4 que recibió muchas críticas, lo que llevó a mejoras en iOS 18.2.
Aun así, los datos muestran que la ley está marcando la diferencia, especialmente en el mercado móvil, donde los navegadores preinstalados solían dominar.
Además del efecto directo de la regulación, Firefox ha conquistado usuarios con características innovadoras. El navegador apuesta por un fuerte compromiso con la privacidad y la seguridad, ofreciendo protecciones avanzadas contra el rastreo, como Total Cookie Protection, además de mejoras de rendimiento y herramientas para la organización de pestañas y contraseñas.
Según Mozilla, muchos usuarios que eligen Firefox a través de las pantallas de selección continúan utilizándolo, lo que refuerza la importancia de permitir una decisión consciente.
A pesar de los avances, Mozilla advierte que algunas grandes tecnológicas aún se resisten al cambio, retrasando la implementación o creando pantallas que incentivan a los usuarios a volver a los navegadores por defecto.
La Unión Europea está atenta a esto y puede aplicar multas de hasta el 10% de los ingresos globales de las empresas que no cumplan con las normas. Si la iniciativa sigue siendo exitosa, es posible que otros países sigan el mismo camino.