Fitbit, la empresa de wearables propiedad de Google, acaba de llegar a un acuerdo para pagar una multa de $12.25 millones debido a problemas en sus smartwatches Ionic.
La Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor (CPSC) de EE.UU. acusó a la empresa de no haber comunicado rápidamente un defecto que hacía que los dispositivos se sobrecalentaran, poniendo a los usuarios en riesgo de sufrir quemaduras graves.
El problema fue identificado después de que Fitbit recibiera varios informes de que los relojes Ionic se calentaban demasiado mientras se usaban, causando quemaduras de segundo y tercer grado en algunos consumidores.
La empresa intentó resolver la falla con una actualización de software en 2020, pero los informes de sobrecalentamiento continuaron.
No fue hasta marzo de 2022, después de más de 115 casos de sobrecalentamiento y 78 quemaduras registradas en EE.UU., que Fitbit decidió retirar los dispositivos del mercado.
La CPSC destacó que Fitbit conocía el riesgo, pero no informó a la agencia dentro del plazo requerido, lo que constituye una violación de las normas de seguridad.
Aunque no admitió las acusaciones, la empresa acordó pagar la multa y reforzar sus procesos internos para evitar problemas similares en el futuro.
Sin embargo, este episodio sirve como una advertencia sobre la importancia de la transparencia y la responsabilidad de las empresas con la seguridad de los consumidores, especialmente cuando se trata de dispositivos que se usan directamente en el cuerpo.
Para los usuarios de wearables, la recomendación es siempre estar atentos a los retiros del mercado (recalls) y a las actualizaciones de seguridad de los fabricantes.