Chegg, una empresa de tecnología educativa de Estados Unidos, ha presentado una demanda contra Google, acusando al gigante de las búsquedas de perjudicar a los editores y socavar la demanda de contenido original.
¿El motivo? Los resúmenes generados por inteligencia artificial que aparecen directamente en los resultados de búsqueda y reducen la necesidad de que los usuarios visiten los sitios web originales.
Según Chegg, Google se está apropiando del trabajo de los productores de contenido para mantener a los usuarios dentro de su propia plataforma, sin que los creadores sean debidamente recompensados.
Esto estaría afectando directamente el tráfico de sitios web como el de Chegg, lo que ha llevado a una disminución significativa en el número de visitantes y suscriptores. Como consecuencia, la empresa ya está estudiando alternativas, incluyendo la posibilidad de ser vendida o convertirse en privada.
Google niega las acusaciones y afirma que sus resúmenes por IA hacen que la búsqueda sea más eficiente, ayudando a llevar más diversidad de tráfico a los sitios web.
Según un portavoz de la empresa, Google envía miles de millones de clics diariamente a diferentes páginas web y que los resúmenes generados por IA no estarían perjudicando a los editores.
Sin embargo, Chegg ve un impacto negativo directo: sus acciones ya han caído más del 98% desde su pico en 2021, y la empresa tuvo que despedir al 21% de su equipo el pasado noviembre.
Chegg afirma que Google está presionando a los editores para que permitan el uso de sus contenidos en los resúmenes de IA, lo que resulta en menos visitas a los sitios web originales.
La demanda alega que esta práctica viola las leyes antimonopolio, ya que obliga a las empresas a ceder su contenido sin una compensación justa.
Esta es la primera acción individual contra Google con este enfoque, pero no la única: en 2023, un periódico de Arkansas ya había presentado una demanda colectiva similar en nombre de la industria de las noticias.