Durante un proceso judicial, Google confirmó que hizo una oferta de $147 millones a Epic Games para poner el popular juego Fortnite en la Play Store de Android.
Purnima Kochikar, Vicepresidenta de Asociaciones de Juegos en Google Play, reveló que el acuerdo fue propuesto y presentado a Epic, pero finalmente fue rechazado.
En 2018, Epic Games eligió lanzar Fortnite directamente desde su sitio web, evitando la Play Store. Esta estrategia permitió a la empresa vender la moneda virtual del juego, V-Bucks, sin tener que pagar las comisiones exigidas por las aplicaciones de la Play Store.
Sin embargo, en 2020, Epic Games cedió y argumentó que la presencia de notificaciones de seguridad repetitivas e molestas la ponía en desventaja.
Recientemente, en un proceso antimonopolio en curso, Epic Games afirmó que su decisión inicial causó pánico en Google. Se presentaron documentos internos como evidencia, alegando que Google temía un «riesgo de contagio» si otros desarrolladores de juegos, incluidos Blizzard, Valve, Sony y Nintendo, siguieran el ejemplo de Epic Games.
Epic Games también afirmó que Google intentó evitar esta situación ofreciendo beneficios especiales o incluso considerando la adquisición de la empresa.
Durante el juicio, Lawrence Koh, exdirector de desarrollo de negocios de juegos en Google Play, presentó los documentos relacionados con el «riesgo de contagio». Estos documentos revelaron las preocupaciones de Google de que la mayoría de los principales desarrolladores de juegos abandonaran la Play Store en los dos años siguientes a la decisión de Epic Games, lo que resultaría en una pérdida de miles de millones de dólares en ingresos para la empresa.
Los documentos mostraron proyecciones que indicaban que la ausencia de Fortnite podría resultar en una pérdida directa de ingresos entre $130 millones y $250 millones, además de una pérdida más amplia de hasta $3.6 mil millones en caso de una gran migración de desarrolladores.
Google defiende que su preocupación era evitar la pérdida de juegos en la Play Store y afirma que no había nada malo en sus acciones. Sin embargo, Epic Games utiliza estos documentos para argumentar que Google temía la competencia en la distribución de aplicaciones para Android y que la Play Store mantenía un presunto monopolio ilegal.