La computación cuántica, un tema que parece sacado de películas de ciencia ficción, está a punto de convertirse en una realidad en nuestro día a día.
Al menos eso es lo que afirma Google. En un anuncio reciente, la empresa reveló que espera lanzar aplicaciones comerciales de esta tecnología revolucionaria en un plazo de hasta cinco años.
Hartmut Neven, líder de Google Quantum AI, explicó que son optimistas respecto al plazo y creen que veremos aplicaciones reales que solo serán posibles con computadoras cuánticas.
Imagina baterías superpotentes para autos eléctricos, medicamentos más eficaces e incluso nuevas fuentes de energía. Suena prometedor, ¿no?
Pero, tranquilo, no todos están de acuerdo con esta predicción. Mientras Google habla de cinco años, Jensen Huang, de Nvidia, cree que la computación cuántica solo se volverá práctica dentro de dos décadas.
Esta divergencia de opiniones muestra lo difícil que es predecir el ritmo de las innovaciones tecnológicas. Después de todo, la computación cuántica es algo extremadamente complejo.
A diferencia de las computadoras tradicionales, que procesan información de forma lineal (un número a la vez), las cuánticas utilizan «qubits», que pueden representar varios números simultáneamente y tienen una capacidad de procesamiento miles de veces superior.
¿Por qué tanta expectativa en torno a esta tecnología?
Bueno, gobiernos y empresas están pendientes de ella porque tiene el potencial de revolucionar áreas como la ciberseguridad, las finanzas y la salud. Imagina, por ejemplo, la capacidad de descifrar códigos de seguridad ultracomplejos o simular reacciones químicas para crear nuevos materiales.
Google ya ha dado pasos importantes en esta dirección. Desde 2012, la empresa trabaja en el desarrollo de chips cuánticos y, en diciembre, anunció la superación de un desafío crucial en el área.
Además, un nuevo estudio publicado en la revista Nature reveló un descubrimiento importante en la simulación cuántica, reforzando la apuesta de Google de que la computación cuántica comercial está más cerca que nunca.