Google ha vuelto a ser objeto de decisiones judiciales en los Estados Unidos. Esta vez, una jueza federal afirmó que la empresa ha mantenido un monopolio ilegal en el mercado de la publicidad digital, uno de los principales pilares financieros de la compañía.
La decisión marca la segunda condena por prácticas anticompetitivas en menos de un año, tras una sentencia anterior relacionada con el dominio de Google en la búsqueda en línea.
La decisión fue tomada por la jueza Leonie Brinkema, del estado de Virginia, y se centra en el sistema publicitario creado por Google a lo largo de los últimos 17 años.
Según la Justicia, la empresa utilizó adquisiciones estratégicas, como la compra de DoubleClick en 2008, para construir una estructura cerrada que dificulta la entrada de competidores y obliga a los medios de comunicación y anunciantes a usar exclusivamente sus plataformas.
El Departamento de Justicia de los EE. UU. alega que Google controla todas las etapas del proceso publicitario digital: desde la venta de espacios en sitios web hasta la tecnología que conecta a anunciantes y editores.
El resultado sería un ecosistema desequilibrado, en el que Google dicta las reglas, limita las opciones para los medios de comunicación e impacta directamente las ganancias de las empresas periodísticas que dependen de los anuncios en línea para mantener sus contenidos gratuitos en Internet.
A pesar de la derrota parcial, Google afirma que apelará la decisión. En un comunicado, la empresa declaró que sus productos publicitarios son eficientes y que los clientes los eligen libremente por ser simples y accesibles.
El caso ahora pasa a una nueva fase, donde la Justicia puede determinar medidas más duras, incluidas la posibilidad de que Google se vea obligado a vender partes de su negocio publicitario, como el Ad Manager.