Este 11 de julio, Android cumple 20 años bajo la tutela de Google.
Fue en 2005 cuando el gigante de las búsquedas compró, por 50 millones de dólares, una pequeña startup llamada Android, Inc., que inicialmente tenía la idea de crear un sistema operativo para cámaras digitales.
Sin éxito en ese camino, sus fundadores Andy Rubin y Chris White decidieron redirigir el proyecto hacia dispositivos móviles.
Al percibir el potencial de la propuesta, Larry Page optó no solo por invertir, sino por adquirir la empresa por completo, y esta decisión se reveló como una de las más estratégicas en la historia de Google.
En esa época, la compra parecía modesta en comparación con otras adquisiciones realizadas por Google, como la de YouTube (1.650 millones de dólares) o la de Motorola (12.500 millones de dólares).
Pero, en la práctica, fue un movimiento fundamental. Google ya entendía que el futuro de la computación estaba en los dispositivos móviles y temía que, sin un sistema operativo propio, otras empresas pudieran bloquear o reducir el acceso a sus servicios como la búsqueda y los anuncios, principales fuentes de ingresos de la compañía.
Con Android en sus manos, Google comenzó a invertir fuertemente en el desarrollo de la plataforma, basada en el kernel de Linux y con código abierto, lo que ayudó a atraer fabricantes y socios.
En 2007, la empresa lanzó la Open Handset Alliance, en asociación con marcas como HTC, Samsung, Motorola, T-Mobile y Qualcomm.

Un año después, llegó al mercado el primer smartphone con Android, el HTC Dream (T-Mobile G1 en los Estados Unidos). Desde entonces, el sistema se volvió dominante en prácticamente todos los rincones del mundo.
Hoy, Android está presente no solo en teléfonos móviles, sino también en tablets, smartwatches, televisores, coches e incluso dispositivos de realidad aumentada.
Se ha transformado en uno de los principales pilares de Google, generando miles de millones en ingresos a través de la Play Store, publicidad y el uso de sus aplicaciones.
Aunque el debate sobre cuánto el sistema sigue siendo realmente «abierto» es válido, es innegable que la decisión de adquirir Android moldeó el mercado de la tecnología tal como lo conocemos hoy.
Si hubiera seguido otro camino, quizás Android ni siquiera habría sobrevivido o podría haberse convertido en un sistema cerrado en manos de otro gigante.