En una situación curiosa que mezcla tecnología de vanguardia con nostalgia retro, Gemini, la inteligencia artificial desarrollada por Google, se negó a enfrentarse al clásico consola Atari 2600 en una partida de ajedrez.
La decisión llegó después de que la IA descubriera que otras herramientas avanzadas, como ChatGPT y Microsoft Copilot, ya habían perdido contra el juego «Video Chess» del Atari, un software que funciona en un hardware con solo 128 bytes de RAM y un procesador de 1,19 MHz.
El experimento fue ideado por Robert Caruso, arquitecto de infraestructura, quien ha promovido partidas entre IAs modernas y la antigua consola.
Tras el interés de los lectores sobre cómo se desempeñaría Gemini en este desafío, Caruso decidió proponer el duelo.
“La pregunta me intrigó porque, aunque ChatGPT y Copilot son primos construidos en la misma base de OpenAI, Gemini es una bestia completamente diferente”, le dijo al The Register.
“Google lo construyó desde cero, afirmando que es un cambio de juego para la IA, presumiendo lo que llama un nuevo modelo de lenguaje grande ‘multimodal’, diseñado para razonar mejor que sus rivales. Así que lo senté para una ‘charla previa al juego’ para ver qué tan seguro se sentía.”
Inicialmente, Gemini mostró mucha confianza, alegando ser más parecido a un motor de ajedrez que a un modelo de lenguaje tradicional, e incluso mencionó ejemplos de partidas anteriores.
Sin embargo, al enterarse de que los resultados anteriores habían sido desastrosos para otras IAs, Gemini cambió su postura. La inteligencia artificial reconoció que había exagerado en su autoconfianza y admitió que tendría dificultades reales contra el juego del Atari.
Como consecuencia, el sistema de Google concluyó que lo más sensato sería cancelar la partida antes incluso de mover un peón.
Caruso consideró la actitud positiva. Para él, este tipo de autocrítica muestra que los nuevos sistemas de IA están más conscientes de sus limitaciones, lo que contribuye a hacerlos más seguros y confiables.