En el mundo de los negocios, algunas reuniones se vuelven legendarias, y una de ellas marcó el destino de Android y su adquisición por parte de Google.
En este encuentro que tuvo lugar a mediados de 2004, los fundadores de Google, Larry Page y Sergey Brin, se reunieron con Andy Rubin, creador de Android, en un ambiente relajado y lleno de curiosidades.
Larry Page, vistiendo jeans y una camiseta, no perdió el tiempo y elogió el trabajo previo de Rubin.
Expresó entusiasmo al describir el T-Mobile Sidekick, uno de los mejores teléfonos que había visto, desarrollado por la anterior startup de Rubin llamada Danger. Su admiración por los logros de Rubin fue clara desde el principio.
Por otro lado, Sergey Brin, descalzo y con un reloj de plástico de Disney en la muñeca, aportó un toque de humor a la reunión lanzando algunas bromas.
Además, se sumergió en una conversación detallada con Rubin sobre la tecnología detrás del Sidekick, mostrando un interés minucioso en los aspectos técnicos del dispositivo.
Aunque la reunión estuvo llena de elogios, Brin también quería poner a prueba a Rubin. De manera colaborativa, presionó a Rubin sobre lo que podría haberse hecho de manera diferente para mejorar el Sidekick y por qué Rubin eligió crear el teléfono de la forma en que lo hizo. Esta conversación no fue agresiva, sino más bien un ejercicio conjunto de resolución de problemas.
Al final de la reunión, quedó claro que Google estaba interesado en Android, aunque las verdaderas intenciones de la empresa seguían siendo un misterio.