En el día de Navidad de 1990, algo extraordinario sucedió. Fue en ese día que el mundo presenció el nacimiento de la World Wide Web, una innovación que revolucionaría para siempre la forma en que nos comunicamos y accedemos a la información.
Tim Berners-Lee y Robert Cailliau fueron los visionarios detrás de este hito histórico. Lograron establecer una exitosa comunicación entre un navegador web y un servidor a través de Internet. Fue un momento crucial que marcó el comienzo de una nueva era digital.
Lee y Cailliau trabajaron juntos en el CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear), ubicado en Suiza. Fue allí donde desarrollaron y probaron el sistema de hipertexto que se convertiría en la base de la World Wide Web.
Además, el primer navegador web utilizado durante las pruebas se llamó «WorldWideWeb» y se ejecutó en una computadora NeXT, una empresa de tecnología fundada por Steve Jobs después de su salida de Apple.
Este navegador permitía la visualización de páginas que contenían texto y enlaces, marcando el inicio de la experiencia de navegación web.
Desde entonces, la World Wide Web ha crecido exponencialmente, conectando a miles de millones de personas en todo el mundo. Se ha convertido en una fuente inagotable de conocimiento, permitiendo el intercambio de información a una escala nunca vista antes.
A lo largo de los años, la web ha evolucionado y se ha convertido en una plataforma multifuncional, albergando no solo páginas estáticas, sino también aplicaciones interactivas y redes sociales. Se ha convertido en un espacio donde personas de todas las edades, orígenes y culturas pueden conectarse, aprender, colaborar y expresarse.
Hoy en día, podemos acceder a la web en nuestras computadoras, teléfonos inteligentes e incluso en dispositivos vestibles. Se ha convertido en una parte esencial de nuestras vidas, influenciando todos los aspectos, desde cómo consumimos noticias hasta cómo nos relacionamos con el mundo que nos rodea.