Google ha sido acusado de favorecer a grandes marcas y contenido de baja calidad en sus resultados de búsqueda, una tendencia que parece haber empeorado con el tiempo.
Aunque esta percepción puede ser subjetiva, hay evidencias que sugieren que algo está sucediendo.
En el pasado, el algoritmo de Google mostró un sesgo hacia sitios de grandes marcas, clasificándolos para una amplia variedad de consultas, incluso si había páginas web más relevantes disponibles. Aunque este sesgo fue corregido, la preferencia por grandes marcas persiste.
Además, Google ha tenido dificultades para lidiar con contenido de baja calidad, como recetas genéricas y artículos no probados.
Aunque existen algoritmos destinados a identificar y filtrar este contenido, no han sido totalmente eficaces.
Una posible explicación para este dilema es el «sesgo de familiaridad». Los usuarios tienden a preferir contenido de fuentes familiares, incluso si es de calidad inferior.
Google, que está fuertemente enfocado en el usuario, podría estar dando prioridad a las señales de participación del usuario, que pueden reflejar este sesgo.
Como resultado, Google podría estar clasificando contenido que los usuarios prefieren ver, incluso si no es necesariamente el contenido más informativo o confiable.
Esto crea un ciclo en el que las grandes marcas y el contenido de baja calidad son recompensados, mientras que los editores independientes y el contenido de alta calidad luchan por competir.
De esta manera, Google enfrenta un dilema: seguir clasificando el contenido que los usuarios prefieren, incluso si es de baja calidad, o priorizar la calidad del contenido, aunque esto pueda llevar a resultados de búsqueda menos familiares o satisfactorios para algunos usuarios.