Google perdió una batalla legal contra Epic Games, siendo acusado de mantener un monopolio ilegal con la Play Store.
Esta derrota plantea preguntas sobre por qué Google, que ofrece su sistema operativo de código abierto de forma gratuita, está siendo acusado de monopolio, mientras que la App Store de Apple, que mantiene una postura más estricta, no enfrenta estas alegaciones.
A diferencia del enfoque restrictivo de Apple, que prohíbe la instalación de aplicaciones fuera de la App Store, Google permite que cualquier persona instale cualquier aplicación en un teléfono Android.
Sin embargo, el veredicto del tribunal sugiere que Google, al mantener la Play Store, violó las leyes antimonopolio y mantuvo un monopolio ilegal.
La decisión sorprendió a muchos, considerando la naturaleza más abierta del ecosistema Android.
Uno de los factores que contribuyó a la decisión del tribunal fue la logística única del caso Epic vs. Google, que difería del caso anterior Epic vs. Apple.
El tribunal dejó claro que las pruebas y los argumentos en un caso no eran directamente aplicables al otro.
Lo que proporcionó una oportunidad para que Epic Games presentara una narrativa única, enfatizando prácticas aparentemente injustas en las negociaciones comerciales de Google.
Además, la forma en que Google controla su ecosistema a través de acuerdos comerciales con terceros fue destacada en el tribunal.
Al compartir ingresos publicitarios y de la tienda de aplicaciones con fabricantes de teléfonos que aceptan preinstalar aplicaciones específicas, Google fue acusado de utilizar su poder en un nivel del mercado de teléfonos inteligentes para eliminar la competencia en otro.
Lo que contrasta con el enfoque más cerrado de Apple, que vende el iPhone como un paquete completo.
La evidencia presentada durante el juicio también reveló acuerdos comerciales supuestamente injustos, como el Proyecto Hug, que ofreció incentivos significativos a desarrolladores de juegos para evitar que eludieran la Play Store.
La transparencia de estos acuerdos y la percepción de injusticia contribuyeron a la decisión del jurado.
Además, la actitud de Google hacia la exclusión de pruebas fue un punto crítico. La empresa admitió la exclusión intencional de mensajes de Google Chat para evitar que se usaran en el proceso judicial.
Este comportamiento contribuyó a la desconfianza del jurado y a la decisión de favorecer a Epic Games.
Ahora, la decisión sobre las sanciones que enfrentará Google está en manos del juez, y la industria espera ver cómo este veredicto puede afectar la dinámica del mercado de aplicaciones móviles.