Android One, lanzado en 2014 por Google, fue recibido como una idea revolucionaria: crear smartphones accesibles y eficientes que ejecutaran una versión limpia de Android, libre de aplicaciones no deseadas y con la garantía de actualizaciones rápidas.
La idea ganó seguidores en todo el mundo, pero, con el paso de los años, el programa perdió impulso y, en 2024, parece haber sido abandonado.
En su debut, Android One se enfocó en mercados emergentes, como India e Indonesia, ofreciendo teléfonos sencillos y asequibles.
El objetivo era claro: democratizar Android puro sin exigir a los usuarios que pagaran precios elevados por modelos premium, como los antiguos Nexus.
Entre 2017 y 2018, el programa creció y comenzó a atraer a grandes fabricantes como Xiaomi y Motorola, lanzando modelos más sofisticados pero manteniendo el espíritu de simplicidad y eficiencia.
Sin embargo, hacia 2019, el programa empezó a perder relevancia. La mayoría de los fabricantes dejaron de producir dispositivos Android One, quedando únicamente Nokia, que continuó hasta 2022.
El último suspiro del programa fue en 2023, con el lanzamiento del Kyocera Android One S10 en Japón.
Desde entonces, no se ha anunciado ningún dispositivo nuevo, y el interés del mercado parece haberse desplazado hacia otras opciones, como la línea Pixel, que ofrece una experiencia de Android puro pero con características más avanzadas y soporte garantizado.
Aunque Android One fue innovador, parece que la propuesta no encontró suficiente público para mantenerse.
Hoy, el mercado se centra en dispositivos con interfaces personalizadas, como One UI de Samsung, que han evolucionado mucho en los últimos años.
Para los entusiastas de Android puro, los teléfonos Pixel se han convertido en la única opción.