En julio de 1971, ocurrió un acontecimiento revolucionario en el mundo de la tecnología: Ray Tomlinson, un ingeniero de software, envió el primer correo electrónico de la historia.
Este hito histórico no solo abrió las puertas a una nueva forma de comunicación, sino que también se convirtió en un punto de partida fundamental para el desarrollo de la comunicación digital que conocemos hoy en día.
Tomlinson eligió el símbolo «@» para separar el nombre del usuario del nombre del equipo, estableciendo una convención que todavía se utiliza en las direcciones de correo electrónico hoy en día.
Antes del primer correo electrónico, la comunicación digital se limitaba principalmente a intercambios de mensajes entre usuarios en la misma máquina.
Tomlinson, trabajando en la empresa Bolt, Beranek and Newman (actual BBN Technologies), estaba involucrado en el desarrollo de la red ARPANET, precursora de internet.
Tuvo la visión de crear una forma de enviar mensajes a usuarios de otras computadoras conectadas a la red.
Así, utilizando el programa SNDMSG, Tomlinson envió el primer correo electrónico a otra computadora, inaugurando una nueva era en la comunicación global.
El correo electrónico se convirtió en una pieza fundamental en el mundo de los negocios, en la comunicación personal y en el intercambio de información en general.
A partir de este momento histórico, la tecnología y la sociedad emprendieron un viaje de transformación digital que continúa evolucionando hasta nuestros días.