Un estudio realizado en colaboración entre OpenAI y el MIT Media Lab ha revelado un fenómeno preocupante: los usuarios que pasan mucho tiempo interactuando con ChatGPT pueden desarrollar una especie de dependencia emocional del chatbot.
Según los investigadores, este grupo de usuarios presenta signos típicos de adicción, como dificultad para reducir el uso, cambios de humor y síntomas de abstinencia cuando no están en contacto con la IA.
Para entender este comportamiento, los investigadores analizaron a miles de usuarios de ChatGPT y observaron que aquellos que más utilizan la herramienta tienden a mostrar signos de apego emocional.
Algunos llegan a ver al chatbot casi como un amigo, utilizando un lenguaje cargado de empatía y afecto durante las interacciones. Sin embargo, este tipo de involucramiento solo se identificó entre un pequeño grupo de usuarios más asiduos.
El estudio arrojó descubrimientos inesperados. Curiosamente, quienes usan ChatGPT para desahogarse sobre cuestiones personales tienden a ser menos dependientes emocionalmente que aquellos que utilizan la IA para tareas prácticas, como pedir consejos o hacer lluvias de ideas.
Además, los investigadores notaron que las interacciones por texto generan mayor apego emocional que las conversaciones por voz.
En general, los especialistas advierten que el tiempo de uso es un factor determinante: cuanto más una persona utiliza ChatGPT, mayor es la probabilidad de desarrollar una relación de dependencia con la herramienta.
Este escenario plantea debates importantes sobre el impacto de las inteligencias artificiales en la vida de las personas y refuerza la necesidad de un uso equilibrado de la tecnología.