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Venta de Chrome y Android podría perjudicar a los usuarios

El Departamento de Justicia de los Estados Unidos (DOJ) está presionando a Google para deshacerse de Chrome y Android, argumentando que estas plataformas refuerzan el dominio de la compañía en el mercado de búsquedas.

Pero, ¿realmente esta estrategia resolvería el problema de competencia? Expertos y datos indican que esta medida podría terminar perjudicando a los propios consumidores.

La batalla legal comenzó en 2020, cuando el DOJ acusó a Google de monopolizar el mercado de motores de búsqueda mediante prácticas como la preinstalación obligatoria de sus aplicaciones.

En agosto de este año, un tribunal federal falló en contra de la empresa, reforzando el argumento de que Google abusó de su posición en el mercado.

Para mitigar esto, el DOJ propuso una medida drástica: obligar a la venta de Chrome y Android.

Sin embargo, la relación entre estas plataformas y el dominio de Google en las búsquedas es cuestionable.

Mientras que Chrome representa el 57 % del mercado de navegadores en Estados Unidos, Google tiene un impresionante 89 % de las búsquedas en el país.

Esto significa que una gran parte de los usuarios de otros navegadores, como Safari y Firefox, aún eligen Google para realizar sus búsquedas.

Incluso si Chrome desaparece, el dominio de Google como motor de búsqueda probablemente permanecería intacto.

Además, separar a Google de Android significaría comprometer la conveniencia que los consumidores tienen al acceder a un ecosistema integrado de aplicaciones, como Google Maps, Google Drive y Play Store.

Estos servicios gratuitos y altamente funcionales son una de las razones por las que los dispositivos Android son tan populares.

En lugar de beneficiar a los consumidores, esta fragmentación podría dificultar la experiencia digital, ofreciendo menos opciones de calidad y eficiencia en el mercado.

Aunque la intención del DOJ es corregir prácticas anticompetitivas, los expertos advierten que sus acciones podrían generar efectos contrarios, perjudicando a quienes deberían ser los principales beneficiados: los usuarios finales.

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