ChatGPT está más popular que nunca. Con estimaciones que apuntan a más de 400 millones de usuarios semanales, la herramienta de OpenAI ya figura entre los sitios más visitados del mundo.
Además de ser utilizado para escribir textos, hacer planificaciones, resolver dudas e incluso recibir apoyo emocional, ChatGPT también está ganando espacio como una forma alternativa de búsqueda. Algo que, hasta hace poco tiempo, era dominio casi absoluto de Google.
A pesar de esto, Google sigue siendo el mayor motor de búsqueda del planeta, con miles de millones de búsquedas procesadas todos los días.
Mientras ChatGPT conquista espacio con respuestas directas y un lenguaje más cercano a la conversación humana, Google sigue siendo la herramienta preferida para encontrar sitios web, datos oficiales, verificar fuentes y acceder a contenidos de forma rápida y directa.
El punto de inflexión aquí es entender que cada una de estas herramientas satisface necesidades diferentes.
Si sabes exactamente lo que quieres, como la dirección de un restaurante o el nombre de una celebridad, Google es insuperable en eficiencia.
Pero cuando el objetivo es explorar ideas, resolver dudas vagas o entender un tema más complejo, ChatGPT puede resultar más útil.
Él ayuda al usuario a pensar, refinar preguntas y, en muchos casos, simplificar información complicada. Es como si Google entregara los ingredientes y ChatGPT preparara la receta.
Incluso con el auge de la IA generativa, los expertos aseguran que Google no debe ser amenazado tan pronto.
Además de tener una base de usuarios consolidada, la empresa también está integrando inteligencia artificial en sus propios productos, como Gemini y los resúmenes automáticos en el buscador.
La tendencia es que ambas herramientas coexistan lado a lado, cada una con su propuesta. Al final, no se trata de elegir entre ChatGPT o Google, sino de saber cuándo usar cada uno.