🎤 Puntos destacados:
- El evento del Pixel 10 apostó por celebridades como Jimmy Fallon y los Jonas Brothers, pero terminó siendo considerado incómodo.
- La tecnología presentada, especialmente las funcionalidades de IA, merecía más protagonismo que el espectáculo.
- La recepción del público fue tibia, con críticas de que el formato parecía más un programa de ventas por televisión que un anuncio de innovación.
El evento de lanzamiento del Pixel 10, realizado este miércoles, tenía todo para ser un hito: nuevos smartphones, avances en inteligencia artificial y la promesa de mostrar cómo Google está llevando la IA al día a día de las personas.
Sin embargo, como bien destacó TechCrunch, la decisión de convertir la presentación en un show de celebridades terminó restando brillo a la tecnología.
Jimmy Fallon, elegido como maestro de ceremonias, intentó animar al público con chistes y exageraciones, pero el resultado fue el contrario.
Al gritar “¡IP68!” como si fuera una gran novedad, Fallon demostró desconocer que este estándar de resistencia al agua ya estaba presente en los Pixel desde 2018.
Para quienes siguen la tecnología, la escena sonó demasiado forzada.
El peso de las celebridades y la ligereza de la tecnología
Además de Fallon, Google trajo nombres como Stephen Curry, Alex Cooper y los Jonas Brothers.
La idea era clara: darle un toque pop al evento y atraer atención fuera de la burbuja tecnológica. Pero el efecto fue similar al de un programa de ventas por cable, donde el entusiasmo parecía ensayado y poco genuino.
Mientras tanto, las funcionalidades realmente interesantes, como la integración de la IA Gemini en gafas de realidad aumentada o el Circle to Search (que permite buscar cualquier cosa en la pantalla con un gesto), quedaron en segundo plano.
Fallon, por ejemplo, no mostró curiosidad real por estas novedades, sino que se limitó a repetir frases preparadas dentro de un guion más preocupado por vender que por explicar.
¿Qué podría haber hecho Google diferente?
Google quería diferenciarse de Apple, conocida por sus eventos más sobrios y técnicos. Pero, al intentar ser “cool”, terminó alejando precisamente al público más interesado en tecnología.
Como señalaba TechCrunch, habría bastado con poner los nuevos Pixel 10 en manos de creadores respetados, como Marques Brownlee, para generar un impacto real.
La ironía es que el Pixel 10 sí tiene avances relevantes: la integración de IA en tareas cotidianas, como la traducción de llamadas o la edición de fotos, demuestra que Google va por delante de Apple en este campo.
El problema no fue el producto, sino la forma de presentarlo. Al final, el evento dejó la sensación de que Google no confía en que su tecnología pueda brillar por sí sola.
Y eso, para una empresa que siempre se enorgulleció de “mostrar, no contar”, suena como un traspié innecesario.