En los últimos años, el sector tecnológico de Estados Unidos ha enfrentado una fuerte turbulencia en el mercado financiero. Desde el inicio de la presidencia de Donald Trump, las acciones de las grandes empresas tecnológicas ya han perdido más del 7 % de su valor total.
¿El motivo? La escalada de los aranceles comerciales impuestos por el gobierno, que han generado incertidumbres en Wall Street y alejado a los inversores de activos considerados riesgosos.
El impacto ha sido aún más severo para los fabricantes de chips. Empresas como Nvidia, AMD, Broadcom y Marvell Technology han registrado caídas expresivas, con desvalorizaciones que llegan al 31 %.
Ante este escenario, Nvidia anunció planes para reubicar parte de su producción en Estados Unidos, en un intento por reducir los efectos de la crisis. El índice VanEck Semiconductor, que sigue el desempeño de las principales empresas del sector, ya acumula una caída del 14 % este año.
Además de los fabricantes de chips, otros gigantes tecnológicos también sintieron el impacto de las políticas comerciales. Tesla vio sus acciones desplomarse en un tercio, mientras que Alphabet (dueña de Google) cayó un 15 %.
Microsoft y Amazon no escaparon, con caídas superiores al 10 % cada una. La única excepción fue Apple, que logró sorprender y registrar un crecimiento del 3 % en el período.
La situación se agravó aún más después de que Trump impusiera aranceles del 25 % sobre productos importados de Canadá y México, además de un adicional del 10 % sobre mercancías de China.
Como respuesta, estos países adoptaron sus propias medidas arancelarias, haciendo el entorno de negocios aún más desafiante para el sector tecnológico. Con la tensión comercial en alta, el mercado sigue incierto sobre lo que puede ocurrir en los próximos meses.