Según informes recientes, Apple está evaluando la posibilidad de permitir que los usuarios realicen la instalación de aplicaciones desde fuentes externas, una práctica conocida como «sideload», en sus iPhones.
Esta medida ha sido respaldada por la Unión Europea, que argumenta que la competencia se vería beneficiada y que los desarrolladores no deberían estar obligados a pagar a Apple por la distribución y alojamiento de sus aplicaciones.
Sin embargo, expertos advierten que este cambio podría tener consecuencias negativas, especialmente en lo que respecta a la seguridad.
La instalación de aplicaciones desde fuentes externas implica el proceso de descargar una aplicación de una fuente externa e instalarla manualmente en el dispositivo. Aunque es una práctica común en otros sistemas operativos, como Android, iOS no fue diseñado para permitir el «sideload».
Esto plantea preocupaciones sobre la posibilidad de un aumento de aplicaciones maliciosas y estafas, ya que Apple no cuenta con los mismos controles estrictos de seguridad que se encuentran en la Google Play.
Por otro lado, Apple argumenta que su enfoque actual mantiene los dispositivos de los usuarios más seguros, ya que las aplicaciones pasan por una evaluación rigurosa antes de estar disponibles en la App Store.
La empresa ha implementado medidas como la Revisión de Aplicaciones, que verifica las aplicaciones en busca de posibles amenazas. Sin embargo, los defensores de permitir el «sideload» argumentan que los usuarios deberían tener el derecho de elegir e instalar aplicaciones desde fuentes externas, siempre que estén conscientes de los riesgos involucrados.
En caso de que Apple decida permitir la instalación de aplicaciones desde fuentes externas, necesitará desarrollar una infraestructura sólida de seguridad para proteger a los usuarios contra aplicaciones maliciosas. Esto podría implicar la implementación de un sistema similar a Google Play Protect, que verifica las aplicaciones incluso cuando no se descargan desde la tienda oficial.
Si el cambio se realiza sin las debidas precauciones, los expertos anticipan un aumento en los riesgos de seguridad y la posibilidad de una «tormenta» de problemas para los usuarios.